PUERTO LA CRUZ Y LA
FORMACIÓN DE LAS PLAZAS
En la medida que Puerto
La Cruz se va estructurando como pueblo, van apareciendo formas urbanísticas
que rompen con conceptos tradicionales de lo que se considera ciudad. Es el
caso de la aparición de las plazas. El concepto aprendido de España, fue el de
la Plaza Mayor, alrededor de la cual se instalaba la iglesia y la sede
administrativa del gobierno. Si hacemos un recorrido por el país notaremos que
la mayoría de nuestras ciudades y pueblos están estructurados bajo este
concepto.
En el caso de Puerto La
Cruz, reiteramos, ocurrió que las plazas fueron surgiendo, tal vez, por la
necesidad primaria de tener lugares de encuentro donde compartir actividades
propias de las comunidades.
La primera vez que
aparece una plaza en Puerto La Cruz, ocurrió en el lugar denominado Playa
Vieja, donde se hacían los oficios religiosos en una pequeña capilla, a orillas
del mar, en la actual esquina de las calles Monagas y Ricaurte. En el mismo
lugar donde tenían casas de “atemperar” las familias Monagas y Rolando, que
gozaban del respeto y reconocimiento de los ciudadanos de la época. Fue el
mismo sitio donde fueron instalándose familias de origen corso, como los
Espino, Schaffino, Addler, Notaro, Carreyó y Rafetti, con asentamiento
principal en Barcelona.
Durante el año 1923, en
el gobierno de Juan Vicente Gómez, siendo presidente del estado el general
Silverio González, fue denominada como Plaza Monagas. Posteriormente, durante
la década de los años cincuenta, fue remodelada y se le coloco un busto del
General José Tadeo Monagas.
Era el mes de octubre
del año 1935, cuando el Presidente venezolano Juan Vicente Gómez designa como
Presidente del Estado Anzoátegui al General José R. Dávila.
Este militar andino hace
un recorrido por varias localidades del estado, entre ellas Puerto de la Cruz.
Al llegar a la playa queda gratamente impresionado por la belleza de la bahía,
y conoció además de las propiedades curativas que se le atribuyen a sus aguas.
Al llegar al sitio denominado como Aldea de Pescadores, al extremo este de la
playa –en donde actualmente se erige la Cruz— se detiene pensativo y
mirando sus alrededores comenta que en aquel lugar se merece construir una obra
de ornato que exalte la belleza natural del lugar. Fue así como este militar,
presidente del Estado Anzoátegui en aquella época, ordenó la asignación de
recursos para que se construyera en el sitio una plataforma “macadamizada
por el sistema de concreto”, de un diámetro de 10 metros, en forma
octogonal.
Él mismo bautizó la obra
con el nombre de “Parque Colón”. A tales propósitos fue emitido el decreto N°
53 del 13 de diciembre de 1935, que entre sus considerandos decía, entre otras
cosas, lo siguiente: “Que siempre mi gobierno, inspirado en las últimas
finalidades del progreso que involucra para el país, la Gran Causa de la
Rehabilitación Nacional, de la cual es su único jefe el Benemérito Juan Vicente
Gómez, Presidente de la República, fomenta con el mayor interés las obras
de ornato y embellecimiento público de las poblaciones, a fin de que ellas
respondan gallardamente a los modernos sistemas de la arquitectura y el arte”.
Pasan los años y el 23
de noviembre de 1953, siendo gobernador del estado el doctor Manuel José
Arreaza, ordena la reformulación del llamado Parque Colón y la erección de una
estatua de Cristobal Colón, con un nuevo nombre para el sitio: Plaza Colón.
En los comienzos del
siglo veinte existió un solar en la esquina de las calles Bolívar y Juncal, que
se utilizaba como estadio de beisból y se le daba el nombre de Plazoleta.
Contiguo a este, estaba el Pozo de Zinc, primer manantial surtidor
de agua de los pobladores del Puerto de La Cruz, pero que a la fecha se había
contaminado y por tanto clausurado. A los lados, por la calle Juncal, existían
varios establecimientos comerciales y la Oficina de Telégrafos, mientras que
hacia la calle Libertad funcionaba el mercado Municipal.
Fue precisamente en este
sitio donde inicialmente nació La Plaza Sucre, en homenaje al Gran Mariscal
Antonio José de Sucre, develándose un busto del citado patriota de la gesta
independentista. Al parecer las condiciones precarias, producto del deterioro
causado por las lluvias y las grandes ventoleras, en aquel lugar donde reinaba
el lodo y el polvo, fueron creando condiciones que al final los habitantes
fueron ignorando.
Pasaron varios años
hasta que en 1942 el gobernador del estado, general Manuel Tiberio Arreaza,
presenta un plan de “Fomento Urbano”, donde plantea la necesidad, entre otras
obras de importancia, la construcción de la plaza Simón Bolívar y la erección
de una estatua del Libertador. Y entre las obras hechas por este gobernador,
fue la “petrolización” de las calles alrededor de la plaza, pero se perdió en
razón del excesivo invierno durante ese año.
Hasta que en los inicios
del año 1953, por decreto del gobernador Manuel José Arreaza, se ordena la
construcción de la Plaza Bolívar y una estatua ecuestre de Simón Bolívar. Y el
2 de diciembre de 1956 se lleva afecto el acto protocolar de inauguración del
citado espacio. La estatua erigida en el centro de la plaza es una réplica del
monumento que se encuentra en la plaza Bolívar de la ciudad capital de
Venezuela.
Es el mismo gobernador
Manuel José Arreaza que en decreto N° 50 del 05 de julio de 1954 decreta la
construcción de la plaza General Santiago Mariño y la avenida con el mismo
nombre. La Plaza se inauguró el día 03 de diciembre de 1954 y no sabemos de lo
que fue la avenida con ese nombre. Al parecer el gobernador al expresar su
alegría por la obra realizada, en el acto protocolar, se refirió al “Libertador
de Oriente” para enaltecer el nombre de Santiago Mariño. Ese mismo día, pero en
horas del mediodía, Manuel José Arreaza inaugura el empalme de la Calle Sucre
con la avenida Colón.
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